Muchas veces se dice que los gatos son criaturas
un tanto hostiles y bastante temperamentales. A lo largo de mi experiencia
gatuna me he dado cuenta de lo agradable que se torna la vida cuando al hogar
llegan estos curiosos seres de orejas puntiagudas.
En casa han llegado de todos los tamaños y colores, desde muy niños hasta un
tanto jóvenes. Se partió con la llegada de uno, pero este demostró que los
gatos son animales con los cuáles se puede tener una perfecta convivencia. Es
un mito eso de lo “traicionero” que son los gatos, es un tema de ignorancia y
desinformación.
Los más recientes habitantes del hogar, son dos pequeños felinos llamados
Mordelón y Pilsen. Estos fueron encontrados en la vía pública en estado de abandono.
Principalmente se divisó uno, pero a los segundos apareció su hermano. Llegaron
a casa y se instalaron en el cuarto que ellos eligieron.
Son gatitos bastante obedientes y curiosamente, pese a ser gatos “callejeros”,
se comportan como un gato de casa. Es decir, hacen sus necesidades en su arena
para gatos sin mayor reparo. No orinan sobre ninguna pertenencia y además no
generan mucho pelo suspendido.
Estos simpáticos animalitos en su día a día, permanentemente juegan entre
ellos. Saltan arriba de las cosas y gustan mucho de estar con humanos. Suelen
robarse pequeñas cosas y llevarlas a una especie de “guarida” que ellos mismos
descubrieron.
Pasan su día maullando y comiendo frecuentemente, incluso, se apostan en las
ventanas para ver si pueden llamar la atención de algún humano. Les gusta
dormir en las partes elevadas o en la cama de algún humano. Preferentemente
duermen en una cama cuando esté un humano en ella.
Pese a ser muy pequeños, se comportan como si fueran un gato adulto. Salvo a la
hora de dormir con ellos, comienzan a saltar por toda la cama y buscar el inmiscuirse
por entre medio de las tapas. Como todo gato, les gustan mucho los lugares de
difícil acceso.
Estos chiquitines son gatos bastante agraciados físicamente hablando y son muy
parecidos entre ellos. Al punto de muchas cuando la luminosidad es poca, se
puede confundir uno con respecto a cuál es cuál.
Personalmente considero que tener gatos bebés es una experiencia enriquecedora en
la cuál se aprende mucho. Es como crecer junto a un amigo, muchos podrán
extrañarse del pensar que pueden ser “amigos de un animal”. Se aprende a tolerar
y tener paciencia. Por el simple hecho de que podrán ser muy juguetones y a
veces hacen perder la paciencia. Pero nunca se debe olvidar que finalmente se
está tratando con unos niños.
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