viernes, 7 de diciembre de 2012

Mordelón y Pilsen

Muchas veces se dice que los gatos son criaturas un tanto hostiles y bastante temperamentales. A lo largo de mi experiencia gatuna me he dado cuenta de lo agradable que se torna la vida cuando al hogar llegan estos curiosos seres de orejas puntiagudas.

En casa han llegado de todos los tamaños y colores, desde muy niños hasta un tanto jóvenes. Se partió con la llegada de uno, pero este demostró que los gatos son animales con los cuáles se puede tener una perfecta convivencia. Es un mito eso de lo “traicionero” que son los gatos, es un tema de ignorancia y desinformación.

Los más recientes habitantes del hogar, son dos pequeños felinos llamados Mordelón y Pilsen. Estos fueron encontrados en la vía pública en estado de abandono. Principalmente se divisó uno, pero a los segundos apareció su hermano. Llegaron a casa y se instalaron en el cuarto que ellos eligieron.

Son gatitos bastante obedientes y curiosamente, pese a ser gatos “callejeros”, se comportan como un gato de casa. Es decir, hacen sus necesidades en su arena para gatos sin mayor reparo. No orinan sobre ninguna pertenencia y además no generan mucho pelo suspendido.

Estos simpáticos animalitos en su día a día, permanentemente juegan entre ellos. Saltan arriba de las cosas y gustan mucho de estar con humanos. Suelen robarse pequeñas cosas y llevarlas a una especie de “guarida” que ellos mismos descubrieron.

Pasan su día maullando y comiendo frecuentemente, incluso, se apostan en las ventanas para ver si pueden llamar la atención de algún humano. Les gusta dormir en las partes elevadas o en la cama de algún humano. Preferentemente duermen en una cama cuando esté un humano en ella.

Pese a ser muy pequeños, se comportan como si fueran un gato adulto. Salvo a la hora de dormir con ellos, comienzan a saltar por toda la cama y buscar el inmiscuirse por entre medio de las tapas. Como todo gato, les gustan mucho los lugares de difícil acceso.

Estos chiquitines son gatos bastante agraciados físicamente hablando y son muy parecidos entre ellos. Al punto de muchas cuando la luminosidad es poca, se puede confundir uno con respecto a cuál es cuál.

Personalmente considero que tener gatos bebés es una experiencia enriquecedora en la cuál se aprende mucho. Es como crecer junto a un amigo, muchos podrán extrañarse del pensar que pueden ser “amigos de un animal”. Se aprende a tolerar y tener paciencia. Por el simple hecho de que podrán ser muy juguetones y a veces hacen perder la paciencia. Pero nunca se debe olvidar que finalmente se está tratando con unos niños.

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